DESMONTANDO EL MITO DE LOS TRANSPORTINES (PARTE III)

DESMONTANDO EL MITO DE LOS TRANSPORTINES (PARTE III)
¿Qué SON REALMENTE?
En primer lugar quiero aclarar que en este artículo no vas a encontrar mi opinión sobre ‘Transportines sí o transportines no’ pues el objetivo del mismo es desmontar varios mitos entorno al mismo y llamar a la reflexión para que cada uno saque sus propias conclusiones y no perdernos en discusiones sin fundamento. Si los usas, tienes que saber qué son realmente y abandonar la idea romántica que nos vende toda una industria del marketing de que el perro es ‘feliz’ de forma natural encajonado, enjaulado. Hacer dormir a un perro en una caja cerrada o con una puerta abierta, puede llegar a ser tan absurdo como que a ti te hagan dormir en un armario.
Si los perros no son animales de guarida, entonces...¿Por qué muchos profesionales se empeñan en confinarlos en cajas para el descanso, para tratamientos de conducta, para el sueño… para casi todo?
El marketing que se hace sobre los transportines (Crate, Kennel) es que son como un hogar donde el perro se encuentra seguro porque se parecen a una guarida. Si los perros no son animales de guarida… ¿por qué necesitarían una? Sentirse seguros… ¿exactamente de qué?
Si los vemos como madrigueras maternas, estas solo tendrían función cuando son cachorros, durante la época en que son vulnerables. En cuanto, el cachorro crece y sale de la madriguera, no hay razón para hacerle volver a la misma. Sería como un niño que aprende a andar y explorar, lo retornáramos a la cuna. Recordemos además, que los cachorros permanecen en las madrigueras junto con su madre y resto de cachorros de la camada).
¿QUÉ ES UN TRANSPORTIN?
Según Steven R. Lindsay en “Applied Dog Behavioour and Training. Procedures and protocols”, “El transportín/caja/jaula no es un hogar, ni sería una guarida, sino que se trataría de un lugar para el confinamiento”.
De hecho, la mayoría de los perros necesitan un trabajo previo de condicionamiento y asociaciones positivas basadas en la persuasión o incluso en la evitación al escape para que entren o permanezcan dentro de ellas. Las técnicas pueden incluso llegar a trabajar la caja por partes, desmontándola y quitando en primer lugar la parte superior para que entre sin sentirse ‘encajonado’, puede pasar por darle toda una serie de premios cargados de valor para el perro que solo recibirá dentro, en muchos casos la puerta pertenece cerrada para evitar que salgan (pues una cosa es entrar y otra distinta querer permanecer), en otros casos la puerta debe permanecer cerrada para que el perro no salga y en la mayoría de los casos se ha introducido al perro sin opción tantas veces dentro (sin flaquear) para que aprenda que de nada servirá salir de ahí. Si no le dejas tumbarse en ningún sitio y su cama se la pones dentro con sus juguetes, también le estás condicionando. Si el perro ve en este instrumento un lugar seguro propio… ¿Por qué se debe de hacer un trabajo previo para que entre y permanezca en él? No, no son animales de guarida y por instinto natural no se meten en agujeros.
EL SE SIENTE SEGURO AHÍ
Otra mito que solemos oír es la ‘archiconocida’ frase de ‘el se siente seguro ahí dentro’. ¿De qué debería de sentirse seguro? ¿Qué amenaza siente ese perro por ejemplo en su propia casa incluso con nuestra presencia? Quien hace estas afirmaciones y teniendo en cuenta que los perros son animales sociables (disfrutan de la convivencia y el contacto con su familia) esta afirmación como poco nos tendría que alertar.
Y ENTONCES… ¿Por qué AL FINAL LOS BUSCAN Y PARECEN ESTAR FELICES?
Bien, a través de asociaciones positivas, los perros aprenden a aceptar estos lugares de confinamiento, así como a usar correas y collares… incluso a buscarlos porque definitivamente si desea ‘descanso’ es el único lugar donde sabe que no le molestarán. Pero… ni el perro es un animal de guarida ni buscará meterse en un lugar encajonado de forma natural para descansar. Si un perro tiene un comportamiento natural de ‘encerrarse’ en lugares pequeño es signo de un comportamiento anómalo al que hay que prestar atención.
Como decía en la entrega anterior, esto no quiere decir que en un momento dado, un perro abrumado ,por ejemplo, de un grupo de niños molestones decida meterse en algún escondite para huir de esa situación concreta, o que se meta en un techado un día de sol abrasador, o que cave una camita en busca de tierra fresca un día caluroso.
Otro mito, que además, no solo se da en el caso de los perros si no que la gente generaliza y extiende incluso a la raza humana es el de ‘Él es feliz haciendo esto o lo otro’. Basar la felicidad de alguien desde una sensación subjetiva nuestra es en mi opinión un error. Según está afirmación los perros son felices con collares eléctricos porque pueden incluso jugar y mover la cola con ellos puestos, podemos apreciar también felicidad en los animales confinados en jaulas de zoológicos… El caso es que no somos nuestro perro y no podemos saber como se siente. El baremo más objetivo para medir la ‘felicidad’ de tu perro es atender a que todas y cada una de sus necesidades como perro (innatas, motivacionales, biológicas, emocionales, afectivas…) estén satisfechas en la medida que puedas. Y así, igualito, con los seres humanos.
El año pasado asistí al curso de 'Agresividad canina para profesionales' de Amber Batson, veterinaria especialista en problemas de conducta. Me llamó mucho la atención una frase que dijo 'Si un perro decide estar (dormir) apartado de su manada, algo sucede'. Algunos se tiraron las manos a la cabeza pensando 'Mi perra hace eso y no le pasa nada', pero si nos paramos a pensar detenidamente siempre 'pasa' algo, no necesariamente malo, pero pasa. Desde que el perro no se encuentre bien, esté enfermo, sea un perro inseguro, no tolere el contacto fisico... Y esto de nuevo nos está aportando información.
MAL USO DEL TRANSPORTíN
Algunos profesionales utilizan el transportín para el tratamiento de la ansiedad por separación. No hay ninguna terapia en psicología que avale esto o tenga alguna base sobre esto. La ansiedad es una respuesta fisiológica a una emoción que conlleva reacciones involuntarias y suele ser una consecuencia de la inseguridad y mala adaptación de la separación del cachorro de su referente canino (su madre) o posteriores referentes adoptados. La ansiedad por separación necesita de aportar seguridad al perro e independencia, pero de aquella que parte de la propia autonomía del perro. ¿Os imagináis que el primer día de guardería os encierran en una caja sin saber que ocurre? ¿Qué creéis que ocurriría cada vez que observárais de nuevo los pasos que preceden a tal sentimiento de abandono?
Desde luego, un perro metido en una caja durante horas, no rompe nada. No puede. Sí, es útil para el dueño pero empeora todo lo demás, creará frustración por no poder hacer nada ni moverse sin tener elección alguna sobre nada, no ayuda a ser un perro más seguro, la ansiedad no desaparecerá sino que se convertirá en una indefensión aprendida y seguramente cuando salga de ahí será una bomba de relojería.
Pero, la realidad es que el transportín, en algunos casos puede ser un instrumento útil si se usa para cosas muy concretas. Imaginemos un perro convaleciente de una operación de cadera que nos dicen que no debe de andar bajo ningún concepto por un tiempo… acomodando una jaula de grandes dimensiones y preocupándonos de ofrecer al perro estimulación mental, sensitiva y olfativa puede sernos de ayuda para el propósito. A la hora de viajar en el coche puede ser un elemento de seguridad para los mismos (tal cual nosotros debemos por motivos de seguridad permanecer sentados con nuestro cinturón de seguridad). Hay perros que prefieren poder moverse a sentirse ‘atados’ con un arnés y en estos casos puntuales el transportín podría ser la mejor opción o la menos peor.
EL SUEÑO Y DESCANSO ES SAGRADO
Por último, el tiempo empleado en el sueño y el descanso es un tiempo muy importante. El lugar de descanso debe poder permitir que el perro duerma totalmente estirado y que pueda cambiar de postura. Poder decidir el sitio donde nos sentimos más cómodos, más frescos en verano, más calentitos en invierno, cerca de nuestra familia o compañeros caninos, en nuestro lugar preferido… siempre va a contribuir a que un perro sea más feliz, acumule menos estrés y descanse mejor. Y esto, tiene una repercusión directa sobre el estado emocional del perro y por tanto en su conducta. Los niños que sienten miedo por la noche no descansan, cuando necesitamos ir al baño y no podemos no descansamos, o tenemos frio/calor donde estamos sin remedio puede hacernos pasar una noche que sin duda nos hará levantarnos más irritables, nos gusta dormir acompañados... El descanso, en definitiva, es sagrado.
Además, saber como prefiere dormir/descansar tu perro, sobre qué superficie, qué lugar de la casa, si cerca o lejos de ti, cerca o lejos de la puerta, junto al resto de compañeros de manada o solo, a cierta altura (donde es capaz de captar más olores del entorno)… te va a dar mucha información sobre como es tu perro y como se siente. Cuando introduzcas en la familia un nuevo miembro canino, deja a tu perro elegir su lugar de descanso al menos entre algunos posibles de la casa sin condicionarlo (en el suelo, en altura, en distintos lugares...). Seguro que te llevas alguna sorpresa.
Os pongo algunas imágenes que nos hacen reflexionar sobre esto.
Vida Pla
REFERENCIAS
Steven R. Lindsay “Applied Dog Behavioour and Training. Procedures and protocols
Adrienne Jannet Farricelli. 2019. Are Dogs den animals?